sábado, 19 de enero de 2013

Flores dulces

¡Hola visitantes!, antes de comenzar me gustaría dar las GRACIAS por la acogida (para mí inesperada) que está teniendo el blog en tan poco tiempo, estoy muy agradecida por las felicitaciones que me hacéis a diario que espero poder recompensar con cada receta que publique.

En esta ocasión os enseñare una de tantas que llevo años persiguiendo y que nunca me atrevía a hacer. Estoy encantada por la rapidez y la facilidad de su ejecución, pero sobretodo por la exquisitez del resultado final, dulce pero a la vez delicado y especial.

Las flores de miel, son un postre "typical Spanish" conocido mayormente por nuestras abuelas, por lo que realza mucho más su encanto tradicional y su delicado sabor.
Si verdaderamente os gusta experimentar cosas nuevas en la cocina como a mí, no dudéis en probar, os aseguro que con pocos pasos a seguir obtendréis resultados perfectos.

Podrá parecer una exageración, pero creo que no me equivoco si digo que hay que perder el miedo a las cosas por muy difíciles que nos resulten, pues no todo saldrá a la primera.
Alguien me dijo que el miedo solo se acaba si te enfrentas a él.  Y sí, podemos buscar el camino fácil, imaginarnos su sabor a través de las imágenes y quedarnos con las ganas, pero no me negaréis que sería mucho mejor disfrutar probando nosotros mismos y recompensarnos generosamente con una buena "merendola". Así que no basta con que leas la receta, ¡¡enfréntate a las flores con valentía!!

¡Tomad nota!




Ingredientes

Para las flores

1 vaso de aceite de oliva
1 vaso de harina de trigo
1 vaso de leche
3 huevos
Ralladura de un limón
1 palito de canela
Pizca de sal
Aceite de girasol (para freír)

Para la cobertura de miel

Miel (a gusto) (se puede sustituir por azúcar glass)
1/2 vaso de agua

Preparación

Para comenzar con nuestras flores vertemos la leche, con la canela y la ralladura del limón en un cazo a fuego medio. Cuando esta comience a hervir, apartamos hasta que esté completamente fría. 
Mientras, preparamos nuestra cobertura, que no es mas que calentar la miel con el agua, hasta que esté todo completamente diluido. 




Una vez tengamos estos dos pasos en su punto, batimos en un bol los tres huevos con la pizca de sal a los que añadiremos la leche previamente aromatizada poco a poco y sin dejar de batir. (No se os olvide colar la leche, pues esta no puede tener ningún resto de canela y limón).




Tras haber mezclado todo bien, añadimos el aceite, la harina y seguimos removiendo hasta conseguir una masa líquida pero consistente, parecida a la de los crêpes o tortitas americanas. 
Dejamos reposar mínimo 20 minutos antes de freír. 

Mientras, pondremos a calentar el aceite de girasol en una sartén tipo Wok (debe ser profunda). 

Llegados a este punto, os comento el mayor imprescindible de la receta. "EL FLORONERO". Yo lo llamo así, pero realmente no es más que el instrumento necesario para hacer las flores de miel, es decir, un palo de metal acabado en flor, que hará el proceso rápido y sencillo si seguís correctamente los pasos. 




Cuando el aceite alcance una temperatura elevada, metemos "el floronero" en la sartén, sin miedo, durante 10 segundos e introduciremos con tranquilidad 3/4 partes de el en nuestra masa ya reposada. 
Ahora solo tendremos que llevar nuestra vara de metal bañada en masa a la sartén caliente y sin apoyar en la base de nuestra sartén, daremos pequeños golpes secos para que la masa que se está friendo se despegue poco a poco del molde.
No olvidéis dejar "el floronero" 10 segundos en aceite caliente antes de bañarlo en masa o no se despegará correctamente para cuando lo haga ya se habra frito mas de la cuenta. 




Nos deben quedar unas flores doradas pero no excesivamente, por el contrario quedaran demasiado crujientes y no es la textura adecuada, por lo que debéis controlar con especial atención los tiempos de fritura. 
Ahora solo queda ir poniendo poco a poco las flores en papel absorbente (boca a bajo para que suelten todo el aceite sobrante).

Una vez fritas, las bañamos en miel y estarán listas para tomar. 
En caso de que la miel no os guste, podéis espolvorearlas con azúcar glass mientras sigan templadas  para su buena adherencia. 

¡y voilà!, este es el resultado... 




Espero que probéis, que os manchéis las manos, disfrutéis como niños y engordéis unos kilitos aunque me conformo con que hayáis disfrutado al menos... la mitad que yo. ¡BUEN PROVECHO! 




"La vida interior necesita una casa confortable y una buena cocina"
Lawrence, David Herbert 

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