Ingredientes
450 g de harina
medio sobre de levadura Royal
50 g de azúcar extrafino
1 pizca de sal
50 g de mantequilla
1 huevo
200 ml de yogurt natural
leche (para pintar)
Preparación
Lo primero que tenemos que hacer es precalentar el horno a 200º, y poner papel vegetal o de cocina en una bandeja de horno. Tamizar la harina, el azúcar, la pizca de sal y el medio sobre de levadura. Para los que no sabeis como tamizar, es simplemente añadir los ingredientes secos en un colador de malla fina y empezar a darle pequeños golpes secos para que no nos queden grumos en la masa.
Incorporamos la mantequilla en dados y amasamos la mezcla (aqui hay que usar las manos) hasta conseguir una mezcla parecida al pan rallado.
Hacemos un pequeño hueco en el centro y añadimos el huevo y el yogurt natural. Mezclamos y mezclamos hasta conseguir una masa pegajosa.
Ahora es el momento de poner la masa en nuestra mesa de trabajo previamente enharinada y trabajar poco a poco añadiendo harina hasta conseguir una masa suave.
Extendemos con un rodillo también enharinado hasta obtener una masa de 2 cm de grosor. Cortamos círculos y los disponemos en la bandeja de horno pintados con leche.
Ahora sería el momento de meterlos en el horno durante 15 min o hasta que esten doraditos por toda su superficie.
Una vez fuera del horno, los scones deberán estar en una rejilla para que lleguen a enfriarse. (aunque a mi me gustan calentitos) Luego, los cortamos por la mitad y servimos acompañados de un poco de mantequilla y mermelada de fresa. Hacedme caso visitantes... ¡esta receta es una delicia!
¡Ya me contareis!, ¡BUEN PROVECHO!
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