miércoles, 3 de octubre de 2012

Carrot cake (tarta de zanahoria)

¡Hola visitantes!, esta mañana me levanté con ganas de algo muy dulce, hacía varios días que tenía en mente hacer esta tarta, y hoy me he puesto manos a la obra.
La conocida Carrot cake, que tanto nos gusta, ese delicioso bizcocho !tan jugoso! que se deshace en la boca, que mezcla sabores con ese frosting de queso que lo recubre... la descubrí hace 4 meses aproximadamente en un viaje que hice a Londres. Mi queridísima amiga Paola nos dio la oportunidad de probarla a mi y a Blanquita (siento mucho no haberte mencionado antes, linda) y desde entonces relaciono el olor a canela con ese viaje tan fantástico que hicimos.
¡es un pecado para el paladar!.






Ingredientes

Bizcocho

250 g de zanahorias (peladas)
60 g de nueces
100 g de aceite de oliva
4 huevos
200 g de azúcar
media cucharadita de jengibre molido (o en polvo)
una cucharadita y media de canela molida
250 g de harina de repostería (o bizcocho)
2 sobres de gasificante para repostería 

Frosting cream cheese (crema de queso)

300 g de queso crema
250 g de azúcar glas
300 ml de nata líquida para montar
50 g de mantequilla 
1 cucharadita de zumo de limón 


Preparación

Comenzamos triturando las nueces junto a las zanahorias ya peladas y lavadas. (si tenéis máquina eléctrica que pueda triturar, mejor que mejor), una vez hayamos conseguido una mezcla homogénea procedemos a añadir los huevos y el aceite y removemos hasta obtener una masa mas líquida a la que añadiremos la cucharadita y media de canela, la media de jengibre y batimos muy bien. 
A esta mezcla, empezaremos a añadirle poco a poco sin dejar de remover, la harina junto a los sobres de gasificante. El gasificante para repostería no es mas que un impulsor que viene en sobres dobles de distinto color y se usan juntos. Por lo general estos sobres de entre 5 a 7 g equivalen a un sobre de levadura Royal (para que os hagais una idea).

Cuando la masa esta lista, la vertemos en un molde redondo (si puede ser desmontable) previamente enharinado para que el bizcocho no se nos pegue. Para una correcta preparación del molde, debemos untar siempre mantequilla o aceite por toda la base y laterales. Luego espolvoreamos con harina y daremos pequeños toques para retirar la harina sobrante. Tras este proceso podemos hacer cualquier tipo de preparación sin preocuparnos de que se nos pegue cuando lo desmoldemos.  
Ahora es el momento de meter el bizcocho en el horno previamente precalentado a 170º durante aproximadamente 40 minutos. 

Una vez el bizcocho haya salido del horno, procedemos a hacer la crema de queso. Es importante que el bizcocho este totalmente frio para poder trabajar con el, puesto que si lo hacemos en caliente tenemos mas posibilidades de que se rompa. 
Montamos la nata y la apartamos en un bol grande. A continuación batimos la mantequilla hasta que tenga la consistencia de punto pomada, añadimos el queso crema poco a poco sin dejar de batir hasta formar una crema homogénea. 
Poco a poco añadimos el azúcar glas y la cucharadita de zumo de limón y seguimos removiendo hasta que veamos que la crema esta completamente unida. 
Juntamos la nata montada a la crema de queso y con movimientos envolventes y una lengua de silicona (está totalmente prohibido utilizar varillas llegados a este punto) haremos una única mezcla exquisita, que será nuestro relleno y nuestra cobertura que meteremos en el frigorífico hasta el momento de usarla. 




Ahora procedemos a cortar el bizcocho. Es importante que sigais estas pautas, para un correcto relleno. 
Como he mencionado antes, el bizcocho debe estar templado o frio. JAMÁS EN CALIENTE. 
En primer lugar le daremos la vuelta, recordad que la base de nuestro bizcocho será la parte de arriba para que nos quede mas liso. Procederemos ahora a cortarlo por la mitad (aqui solo tenéis que ser cuidadosos) y a cubrir una de las caras con nuestra crema previamente preparada. 




Comenzaremos a añadir poco a poco la crema desde el centro hacia fuera con ayuda de una espátula como muestra la imagen de abajo. Aplicaremos crema suficiente para que a la hora de cortar las porciones se vea con claridad la capa.




Completaremos la tarta tapando con la capa de bizcocho que tenemos apartada y cubriendo el total de ella con el resto de frosting (debemos hacer el cálculo para que tengamos suficiente para cubrirla generosamente)
Podemos decorarla de muchas maneras, en mi caso he comprado almendras caramelizadas en pequeños trocitos que he puesto por todo el borde de la tarta y ha quedado bastante resultona ¿no?.
También podeis decorarla con pequeñas zanahorias de masa fondant o trozos grandes de nueces e incluso caramelizarlas vosotros mismos, (en una pequeña sartén añadís 5 cucharadas soperas de azúcar y una cucharada de agua. Esta mezcla se convertirá en caramelo una vez tenga un tono dorado. Añadís las nueces y dejáis que el caramelo se incruste bien por ellas, las sacaréis con muchísimo cuidado (el caramelo puede hacer quemaduras considerables) colocándolas en papel cocina hasta que se sequen y... "ta ta ta chán!", habréis conseguido un acompañamiento perfecto para casi cualquier postre.



Solo espero que hayáis disfrutado la mitad que yo.... ¡BUEN PROVECHO!

2 comentarios: